De Augusto Monterroso a
John M. Coetzee pasando por esta cita de William Blake: “Sooner murder an
infant in its cradle than nurseunacted desires”.
El primero la colocó antes de su cuento “Diógenes también”. El sudafricano la recordó en su novela Desgracia.
El primero la colocó antes de su cuento “Diógenes también”. El sudafricano la recordó en su novela Desgracia.
¿Qué posibilidades existían
de que después de leer el cuento del guatemalteco en el club de lectura y
detenernos muy mucho en esa cita me caiga en las manos la novela de Coetzee
haciendo que de pronto Blake y sus reflexiones cobren una importancia inesperada?
He aquí un ejemplo de la magia de la lectura.